Dar la cara… algo complicado cuando tu cliente vive el lugar que construyes y encima tu jefe te dice «yo no voy a entrar a ese barrio para hablar. Para eso estas vos». El tema: mejoramientos constructivos en villas de emergencias ya consolidadas; en algun rincon libre del terreno hay que construir un baño o una pieza. Y el cliente tiene cientos de caras, todos con expectativas diferentes. Para mi, la clave fue ESCUCHAR, darme tiempo para atender las inquietudes de la gente, incluso de un par de necios que solo se pateaban el arco en contra con su actitud. El tiempo consumido me permitio desarrollar la obra sin mayores contratiempos pues contaba con algo fundamental: el aval de las personas, sin ello no hubiera cumplido mi objetivo.
Ahi, me recibí de «ingeniero». Algo pasa con la imagen del arquitecto pues en la mente de estas personas sólo un ingeniero hacía lo que yo: ir por las obras vestido con ropa de trabajo igual que los albañiles y contratistas, llevar casco, medir, ver el plomo de los muros… En fin… todos me llamaban «¡ingeniero Almonte!» Y yo les respondia que no llegue a ingeniero, sólo pude recibirme de arquitecto. Jajajaj!!. En fin.. Tomo nota del resto de las recomendaciones. Un cordial saludo!!!
Gracias Raúl por compartir tus experiencias, son muy enriquecedoras.
Es cierto, que una de las claves es escuchar, y como yo he reconocido muchas veces, a veces resulta lo más difícil.
Y muy cierto, que al ser jefe se dispone de ciertos privilegios, aunque sería más correcto ser un líder, y tener muy bien delimitadas las áreas de actuación de cada uno.
4 replies to "TRABAJOS EN CONSTRUCTORAS: 16 FORMAS DE CONQUISTAR A TU JEFE"
Artículo perfecto.
Muchas gracias Francesc por tu valoración.
Un abrazo,
Dar la cara… algo complicado cuando tu cliente vive el lugar que construyes y encima tu jefe te dice «yo no voy a entrar a ese barrio para hablar. Para eso estas vos». El tema: mejoramientos constructivos en villas de emergencias ya consolidadas; en algun rincon libre del terreno hay que construir un baño o una pieza. Y el cliente tiene cientos de caras, todos con expectativas diferentes. Para mi, la clave fue ESCUCHAR, darme tiempo para atender las inquietudes de la gente, incluso de un par de necios que solo se pateaban el arco en contra con su actitud. El tiempo consumido me permitio desarrollar la obra sin mayores contratiempos pues contaba con algo fundamental: el aval de las personas, sin ello no hubiera cumplido mi objetivo.
Ahi, me recibí de «ingeniero». Algo pasa con la imagen del arquitecto pues en la mente de estas personas sólo un ingeniero hacía lo que yo: ir por las obras vestido con ropa de trabajo igual que los albañiles y contratistas, llevar casco, medir, ver el plomo de los muros… En fin… todos me llamaban «¡ingeniero Almonte!» Y yo les respondia que no llegue a ingeniero, sólo pude recibirme de arquitecto. Jajajaj!!. En fin.. Tomo nota del resto de las recomendaciones. Un cordial saludo!!!
Gracias Raúl por compartir tus experiencias, son muy enriquecedoras.
Es cierto, que una de las claves es escuchar, y como yo he reconocido muchas veces, a veces resulta lo más difícil.
Y muy cierto, que al ser jefe se dispone de ciertos privilegios, aunque sería más correcto ser un líder, y tener muy bien delimitadas las áreas de actuación de cada uno.
Un abrazo,