Tu primer Trabajo: PORQUE NADIE SALE DE SUS ESTUDIOS PREPARADO PARA ENFRENTARSE A UNA OBRA. (Parte III)
Si recuerdas en el último artículo de esta serie, nos encontrábamos en el punto de no haber conseguido superar tu primer trabajo (o período de prueba), y por tanto, no habíamos conseguido que nos hicieran el contrato que tanto deseábamos con su correspondiente aumento de sueldo. Y nos preguntábamos ¿ahora qué? Tras haber perdido esta oportunidad… ¿ahora qué?
Las oportunidades vienen y si no las cogemos se van.
No se quedan a que nosotros recapacitemos…
De haber encarado la situación de manera diferente, hoy estarías igual que tu amigo, celebrando un gran éxito: SUPERAR TU PRIMER TRABAJO, la continuidad en la empresa y la subida de sueldo… la integración en un equipo de trabajo, la ampliación de una red profesional, tu carrera habría recibido el impulso necesario para ser lanzada…
Haber alcanzado el éxito en tus objetivos, una gran victoria, es una gran satisfacción, qué alegría no sólo para ti, sino para tu familia.
Esta gran satisfacción, no hace más que reforzarte, hace que estés contento contigo mismo, porque, cada día más, estás aprendiendo a confiar en sus capacidades, cada vez más, descubres otras cualidades que no sabías que tenías, descubres que hay ciertos trabajos que no sólo te gustan, sino que además disfrutas haciéndolos, y se te dan bien, tú lo sabes y el resto también se ha dado cuenta.
Poco a poco en tu rutina vas adquiriendo hábitos que mejoran tu organización y tu productividad.
Poco a poco vas sintiéndote más integrado dentro del equipo de obra.
Te sientes que formas parte de ese equipo, NO ESTÁS SOLO, sientes que puedes contar con ellos y que ellos cuentan contigo, hasta tal punto que incluso han hablado en tu favor para que te renueven, te quieren en su equipo, te demuestran así la confianza que tienen en ti y en tus capacidades, qué subidón de adrenalina… quizás incluso sean colaboraciones importantes para el resto de tu carrera.
El mérito es tuyo, y como recompensa no sólo ha conseguido el puesto, sino que te van enseñando cada vez más cosas, que tú, con la misma actitud que te ha deparado ese primer gran éxito, vas interiorizando, ampliando conocimiento, destrezas y experiencia.
Está aprendiendo mucho más de lo que habías imaginado. Aunque no por ello te relajas, al contrario, hay que seguir reforzando las cualidades que te han llevado a este gran triunfo, cualidades como la humildad, para reconocer que aún te queda demasiado por aprender, y que debes seguir esforzándote.
Qué diferente es ahora el mundo de la obra para ti, compáralo con el primer día (en tu primer trabajo) en que llegaste a la obra…, cuánto has avanzado.
No sólo formas parte del equipo de obra, sino que los subcontratas, comerciales, ya te otorgan el lugar que te corresponde, se dirigen a ti, te empiezan a conocer y, como un profesional más, cuentan contigo para varias gestiones.
Además, vas viendo cómo avanza la obra, ya la sientes tuya, acumulas anécdotas, ya varias, algunas muy divertidas, y tus amigos de Universidad se ríen con los ojos tan abiertos de admiración y deseando que en breve puedan ellos contar anécdotas parecidas.
Estás deseando que llegue el fin de semana para compartir con ellos más experiencias vividas en los últimos días, te encanta ver la cara de admiración en tus compañeros …
Tu amigo sin embargo…
No lo ha conseguido, te entristece pensar que a tu amigo no le renovaron, que no superó su primer reto… Piensas que tu amigo es listo e inteligente y además él siempre ha dicho que le gusta la obra, ¿qué ha podido ocurrir entonces para que no lo haya conseguido?…
Él dice que la culpa es del Jefe de Obra que era un exigente malhumorado.
Tú también has visto a tu Jefe de Obra en muchas ocasiones malhumorado, inaccesible, exigente, de bronca en bronca; te has dado cuenta cuándo tiene un mal día, incluso en algunos de éstos has llegado incluso a recibir un gesto o una mueca, por parte de él, no muy amigable.
Consideras que en ocasiones tu Jefe de Obra también ha tenido mal humor y ha sido exigente, pero también has sido consciente del nivel de presión, estrés y la responsabilidad que lleva encima.
“Cuando tú seas Jefe de Obra, también serás así en ocasiones”, piensas decirle a tu amigo…
Aunque más tarde decides no hacerlo… mientras tanto, le animas, «Seguro que encuentra algo pronto y que le va a ir muy bien…»
Ayer te han comunicado que en breve vas a asistir a unos Cursos de Formación de Negociación y Fidelización de Clientes,
Está deseando asistir, aunque… te preocupa tu ausencia de la obra, durante una semana todas las mañanas, sobre todo, porque no ves cómo vas a poder entregar los trabajos pendientes…
Tu Jefe de Obra se ha hecho cargo de tu situación formativa, y te ha quitado varias tareas, tendrás que hacer alguna hora extra, pero te sientes comprendido, arropado, trabajando en equipo, han entendido tu necesidad de formación, no han puesto pegas, y entre todo el equipo se reparten el trabajo tuyo… es genial.
Además, ya te has habituado a la rutina dentro del equipo de obra, pero no sólo de trabajo, sino que cada vez más disfrutas de esa comida semanal, las dos cañas de los viernes, el café por la mañana acompañado por los pastelitos del proveedor de la máquina de refresco, que tan amablemente os regala, … En estos momentos, no sólo el equipo de obra se ríe de las anécdotas divertidas, sino que habla de estrategia, de resultados, de negociaciones, es muy interesante…
También hablan de sus trayectorias, sus experiencias, y sus inicios… vaya, el Jefe de Obra se sintió como tú en sus inicios… ¡quién lo hubiera dicho!
Y se dirige a ti, como queriendo demostrarte que sabe cómo te sientes, tranquilizándote, y hasta dándote ánimos.
Ayer mismo te dijo que si él había llegado, tú también podías…
¡Qué bien te ha hecho oír esas palabras!, y te planteas que tiene razón que si él lo ha conseguido y empezaron desde las mismas inseguridad e inexperiencias, tú también puedes, y con esta convicción encaras tu día a día, con nuevos retos…
Además, la obra va muy bien, las producciones mensuales se están sacando, el Jefe de Obra está llevando muy bien la planificación de tiempos y plazo, incluso hay momentos después del trabajo bien hecho, de relax…
Estás muy contento y tranquilo, todo va bien…
Ayer sin embargo, llegó a la oficina y notaste gritos, el Jefe de Grupo estaba alterado, y ha dado la orden de entregar algo ya… ni idea…
El Jefe de Obra os reúne y os hace partícipes de las nuevas indicaciones de la empresa a petición de su cliente o Propiedad de la obra.
Se acabó la tranquilidad, parece que con llevar las cosas bien no les basta, meten más el acelerador, y la presión… ya sabes que hay que trabajar sábados y horas extras…
Te sientes integrado en el equipo, estás comprometido con ellos a luchar hasta el final, ves cómo lo hacen los demás, y tú no vas a ser menos.
Te gusta observar al equipo cómo trabajan con tanta presión, a veces te angustias, pero menos mal que tienes el apoyo del resto del equipo, el encargado aguanta la presión de forma espectacular, y por asombroso que parezca, cuanta más presión, más unido se siente el equipo, y hasta parece que se ríen más, claro que también hay más broncas.
Todo el equipo, incluido tú, se sacrifica, se turna, no te han dejado solo, ni a ti, ni a nadie.
Todos se están apoyando, todo este esfuerzo acompañado por un equipo es otra cosa…
Hay mucha presión, pero te sientes más integrado y cercano… trabajando mucho y duro, pero todos trabajando codo a codo… Y es increíble a la parte técnica del equipo de obra no se les escapa ni una: turnan a su personal de obra, parecen más preocupados por el agotamiento físico del oficial, peón y gruista, que por el suyo propio…
Te extraña ver cómo personas que desarrollan más trabajo físico, como es el personal de obra, tienen la cara más descansada; el Jefe de Obra, sin embargo, está todo el día sentado, sale poco y deprisa por la obra, pero tiene unas ojeras… son más horas trabajando, pero sentado, claro la presión, el estrés, el teléfono todo el día sonando…
Es de admirar cómo puede el Jefe de Obra con tanta presión, además parece que defiende bastante a su equipo y tiene mucha empatía, incluso con todo el trabajo que tienen encima.
Una tarde te encuentras fatal, pese a tus reticencias, te mandaron a casa a descansar y una vez más asumieron tus tareas. Piensas que en cuanto te repongas trabajarás más y más rápido para compensarles, además nadie ha puesto mala cara al contrario… ya estás deseando recuperarte y volver a trabajar con ellos.
Tras dos meses de duro trabajo, ya está, la obra está terminada, el equipo agotado, pero muy contento, los jefes no dejan de felicitar al equipo de obra por la labor, hablan de organizar una fiesta o comida para celebrarlo… ¿Será como la fiesta de la Bandera cuando coronasteis la estructura? Esa celebración estuvo genial, pero lo mejor es poder celebrar el trabajo bien hecho y los objetivos cumplidos, estos momentos refuerzan aún más el compañerismo… Realmente este mundo te apasiona y te gustaría llegar a ser un Gran Jefe de Obra.
(Continuará…)