PORTADA DE EN OBRA HAY QUE SENTIR LA CAMISETA

En obra hay que involucrarse al 100% si queremos resultados. A mí el fútbol no me apasiona, pero el símil que utilizo en el título y otros diferentes a lo largo del artículo, me viene fenomenal para explicarme. Este artículo es una llamada de atención sobre aspectos que se descuidan mucho en las empresas constructoras: su personal, su evolución y su desarrollo. Pretende ser una llamada de atención, no se juzga a nadie, está para poner sobre la mesa aspectos que se descuidan y acaban perjudicando a todos. Porque sólo si se detectan, se pueden erradicar.

Este artículo quizás remueva en el asiento a más de uno, al sentirse identificado en un perfil de los que describo, o incluso, en varios; ya que pasamos todos por diferentes etapas, y puede que hayamos adoptado diferentes roles en cada una de ellas, según las circunstancias que nos haya tocado, y las decisiones que hayamos tomado para sobrellevarlas lo mejor posible. Veremos cuál es la DIFERENCIA ENTRE ESTAR COMPROMETIDO EN OBRA Y ESTAR INVOLUCRADO; veremos LA IMPORTANCIA DE TENER LA MENTE FLEXIBLE y LA IMPORTANCIA DE SENTIR LA CAMISETA, analizaremos, además de la desmotivación individual, EL CICLO QUE RESTA COLOR A LA CAMISETA Y RIGIDIZA MENTES EN OBRA, porque aunque parezca mentira son muchas veces las circunstancias que se dan en las propias empresas, las que desmotivan a sus empleados.

Aquí no se trata de juzgar, ni culpabilizar a nadie, ya que se entiende que nadie tiene la intención de perjudicarse o perjudicar a otros, sino otras prioridades, o no se ha sopesado del todo la situación y sus consecuencias, o bien, sencillamente son errores del camino del aprendizaje.

Aquí se trata de esclarecer un tema del que  pocos hablan, y que va afectando poco a poco a las organizaciones, hasta que el ambiente en la empresa es irrespirable, entonces todos somos los grandes perjudicados, y la que más: ¡la empresa! A menudo se culpa de este mal ambiente a otros departamentos, quizás algún directivo,  sin darnos cuenta que esto es sólo la punta del iceberg.

Que conozcamos la parte de ese iceberg que no se ve, es fundamental, para mejorar los resultados en nuestra empresa.

Este artículo es de interés, para Directivos, empresarios y Gerentes, pero también para los mandos intermedios,  y al resto de empleados.

Hoy quizás alguno leyendo estas líneas se sienta identificado en  situaciones que menciono, y otros se remuevan en su asiento. Bien, eso es bueno es que ha llegado donde tenía que llegar, y necesariamente nos invita a una reflexión.

DIFERENCIA ENTRE ESTAR COMPROMETIDO EN OBRA Y ESTAR INVOLUCRADO.

Para obtener resultados en obra, hay que sentir la camiseta e involucrarse.

No te aburro con explicaciones teóricas sobre la diferencia que existe entre estar comprometido e involucrarse, la siguiente frase lo describe muy bien, aunque la utiliza mucha gente, figura en el libro ‘Estamos Ciegos’ de Jürgen Klaric y es


“En un desayuno donde hay huevos y to­cino, la gallina estuvo comprometida pero el cerdo estuvo involucrado”.

Hay muchas personas en la cadena de mando, no señalo a nadie, porque pudiera darse en cualquiera de sus eslabones que NO están involucradas, tan sólo comprometidas, y a veces, ni eso o con más matices que los separan de los grandes resultados.

Cuando un eslabón falla, la cadena entera pierde.

Este tema te interesa, cuanto más personal tengas a tu cargo, cuanta más responsabilidad ostentes, cuanto más involucrado estés con la empresa.

No son palabrerías, describe una situación que se da muchas veces en empresas de nuestro sector (y supongo que en otros muchos), y que no se detecta, o por lo menos, no se erradica.

Un cáncer fatal.

Necesito que tengas la mente flexible, antes de seguir leyendo.

LA IMPORTANCIA DE TENER LA MENTE FLEXIBLE

Un nudo rígido sometido a variaciones y movimientos que no puede absorber, acaba por deteriorarse.

Cada elemento ocupa su correcto lugar y está correctamente sustentado, para que cumpla con su función adecuadamente, y se mueve con la misma cadencia que el resto o hay margen para admitir ciertas holguras. Si esto no se da, acabará afectando al resto de elementos  de dicho encuentro (o empresa).

Cuantos más fallen, más fallará ese nudo constructivo…, incluso llegando al colapso.

Pues con las personas que se encuentran trabajando para una misma organización, ocurre lo mismo.

La Flexibilidad es la Capacidad de adaptarse a las presiones, a los problemas, a los cambios, a los imprevistos, a las nuevas exigencias y necesidades.

Por lo tanto, es una cualidad esencial para cualquier responsable. La flexibilidad además proporciona lo siguiente:

  • NO TOMARSE LAS COSAS PERSONALMENTE
  • Mayor capacidad para adaptarse a los cambios
  • Mayor capacidad para resolver los problemas
  • Mejor estado emocional, más relajado, menos estrés.
  • Superar mayores obstáculos, y cada vez más difíciles, más rápido.
  • Evitar confrontaciones, sobre todo, cuando tienes delante una mente rígida.
  • Mayo capacidad de aprendizaje.
  • Mayor cualificación profesional a medida que se ejercita.

Cuanto menos se sabe, más rígido se es, ya que una mente abierta siempre estará acumulando conocimientos y diferentes formas de hacer lo mismo.

Una mente flexible te capacita para cuestionarte a ti mismo, con el objetivo de mejorar.

KAYCEN mejora continua

  • Te conviertes en menos autoritario, más razonable, más asequible. Y esto acaba favoreciendo a la empresa.
  • Beneficia a las relaciones interpersonales
  • Innovar, renovarse y aprender a más.
  • La empresa que no innova, tiene más difícil mantener el éxito. Y puede conducirle a la desaparición total, o a un fuerte batacazo (ya le pasó a otros grande como NOKIA, etc).

Si lo centramos en los resultados que obtiene la empresa, y por empezar por algún lado, decidimos hacerlo por el Jefe de Obra, éste necesariamente para desarrollar su trabajo de forma adecuada, conseguir los resultados que la empresa espera, necesariamente tiene que tener una mente flexible que le permita afrontar y resolver con éxito los obstáculos que se va a encontrar por el camino, además de otras muchas cualidades, algunas de ellas ya las hemos visto y seguiremos viendo en este blog.

LA IMPORTANCIA DE SENTIR LA CAMISETA

Si un jefe de obra, empresario dentro de una empresa,  no siente la camiseta, ¿crees que te va a gestionar la obra igual?  ¿Tus beneficios serán los mismos?

Por mucho control que le pongas, o exigencia de entrega de trabajos… puede correr de un lado del campo a otro todo el rato, sin que ello sea garantía de estar jugando bien.

Por lo tanto, resumiendo, para triunfar en la obra, de entrada necesitamos:

  • Tener la mente flexible
  • Sentir la camiseta

FACTORES QUE HACEN QUE SE PIERDA LA FLEXIBILIDAD O SE DEJE DE SENTIR LA CAMISETA

Es un hecho, que cuando uno entra a una empresa, en la mayoría de las ocasiones, viene motivado y con ganas de trabajar.

Si casi todo el mundo que llega a una empresa viene con ganas de hacer un buen trabajo, ¿qué pasa por el camino para que esto cambie?

  • Sueldo demasiados bajos
  • Desorganización
  • Puesto inadecuado a la experiencia, cualidades o cualificación.
  • Injusticias
  • Falta de reconocimiento
  • Cansancio
  • Promesas incumplidas
  • Falta de respaldo
  • O, peor aún, es lo que ve en el resto de personas que le rodean, tanto  si mira más arriba, o a los lados, o hacia abajo, o en todas las direcciones. Un cáncer instalado en tu empresa.

Una empresa jamás debe consentir que este cáncer se instale en la misma, menos aún en su departamento comercial, ni en producción, fuente de sus ingresos. Ni en sus oficinas centrales, apoyo necesario de los anteriores, además de otras funciones de gran importancia y relevancia que no me extiendo en mencionar, pues en la mente de todos están.

Todo el equipo debe sentir la camiseta, los jugadores, y hasta los masajistas. ¿Qué tal que se lesione uno y estén con desgana, o peor, pasen de atenderle, y de hacerlo justo cuando se ha producido la lesión evitando males mayores?

EL CICLO QUE RESTA COLOR A LA CAMISETA Y RIGIDIZA MENTES EN OBRA

Un ciclo peligroso que te voy a explicar a continuación. Y entenderás por qué afecta  también a la flexibilidad de la mente.

No hay que confundir la desmotivación con la rigidez de mente. Aunque la desmotivación puede hacer junto con el cansancio y la quemazón, de una mente flexible una mente rígida.

Hay personas que confunden ser flexible, con acomodarse a todo, no tener criterio propio, no  se posicionan nunca, supervivientes de empresas.

Personas que no quieren problemas y esto está muy bien.

¡Nadie quiere problemas!

Pero si ese tipo de personas gestionan equipos de trabajo, y ese grado de conformismo, de comodidad (para ellos, no para su equipo) hace que se  dejen colar goles.

Pelotazos que golpean de lleno en la frente de sus subordinados, quienes además no vieron a tiempo por dónde les venía…estaban ocupados trabajando, su líder es quien debe estar pendiente de ese tema, en este caso, no sólo lo dejó pasar, sino que no les avisó.

Por tanto, no hay que confundir este estado de no-hago- ruido- que- no- se- me- oiga, con ser flexible.

Hay determinados puestos que se pueden permitir este lujo, pero los responsables de la consecución de resultados, creo que no, en mi humilde opinión, y por las consecuencias que esta conducta repetida en el tiempo tiene.

¿Por qué?

  • Lo primero, es porque esta conducta pudiera ser que no sea la más propicia para la empresa y para sus resultados.
  • Lo segundo, una cosa es ser flexible y otra sobrevivir.
  • Lo tercero, una cosa es liderar y otra sobrevivir.
  • Lo cuarto, con desesperación no se toman buenas decisiones.
  • Lo quinto, se cae en la rutina de no poner demasiada energía, lo justo, el trabajo justo.
  • Lo sexto, seguramente no estás centrando tus energías en trabajar, sino en sobrevivir. Desenfoque total.

Si se está luchando por no ahogarse, en lugar de tener la visión global, que un puesto de responsabilidad exige, al final es posible que no sólo te ahogues, sino que por el camino te agarres a más de un salvavidas, ahogándole a él primero.

Aunque no fuera tu intención, y aunque no se haya sido consciente de esto, pero ocurre.

Anulas la caballería del ejército dejando totalmente desprotegida a la infantería, es fácil que ésta sea aniquilada.

Empiezas un ciclo nuevo, el de querer contentar a todos, ahogando de trabajo a tu propio equipo, desviándolo del objetivo central, al colapsarse con tareas menores, o dificultando mucho las ya asignadas al hacerle en trabajar con recursos por debajo de un mínimo.

Al principio, la jugada te saldrá bien, has estirado y el equipo lo ha soportado.

Te llevas las recompensas.

“No se puede servir a muchos amos al mismo tiempo”.

Así que, dejaste de tener la visión necesaria para liderar. Es fácil que te encuentres en otro marrón.

Si te salió bien, una vez, porque no otra… y otra… y otra.

Quizás alguien de al lado, o un subordinado con mando, se percate de tu jugada (para ti maestra), y te copie, el estiramiento al equipo Se multiplica.

Y como es humano, pues a base de hacerlo y que te salga bien, te relajas.

Otro ciclo, cuanto más relajación, más desenfoque, menos trabajo de liderazgo… más problemas.

Y por supuesto, cada vez dejas pasar desde arriba, más goles por la escuadra.

LOS GOLES QUE TE CUELAN

 

La otra cara de esta historia, es cuando eres el responsable de ese equipo de obra, de la consecución de esos objetivos. Todo el trabajo que te llega, son urgencias. Que no trabajo importante. Como trabajas con recursos por debajo de lo mínimo, atiendes lo importante, pero tienes que atender lo urgente, te falta tiempo.

Puede que estas urgencias, no tan urgentes, te resten tiempo que le podrías dedicar a tareas de vital relevancia para los resultados  de la obra, de hecho, ocurre en más ocasiones de las que podemos imaginar.

Tus recursos cada menos, ayuda escasa, cada vez peores condiciones de trabajo, más desorganización, más trabajo que sacar, más urgente, más gente a quien informar, más gente que recurre a ti, más pelotazos que esquivar o vivir con ellos.  Cargas con más trabajo, el tuyo, más tareas o lagunas que nadie quiere hacer, en peores circunstancias y además con tu jefe, que se convierte en un lastre, en lugar de un líder. Casi nada.

Todo líder, necesita a su vez de un líder.

Cuando como empleado tienes jefes que observas tienen esta conducta, sin llegar a juzgarles, automáticamente te cae más peso encima, el suyo, ahora tienes que cargar con tu trabajo, con más tareas pelotazos en la cara, y con el peso de tu superior…

Mucho trabajo y desorganizacion es igual a un gran peso y presión

¡Uf!! Cuánto tiempo aguanta el cuerpo humano esta situación.

Por supuesto, la autocrítica no existe en la portería.

¿Y el entrenador por qué no hace nada? ¿No lo ve? ¿No tiene procedimientos instalados para detectarlo? ¿Él hace lo mismo? ¿No le interesa mientras que haya resultados? Comodidad, otra vez. ¿No le dejan cambiar la situación?

Situación permitida, vía libre para más.

Este tipo de porteros siempre tienen excusa, o formas de maquillar la realidad, incluso ante ellos mismos, de ahí que no siempre sean conscientes del grave perjuicio que causan. Porque vamos a ver, aquí no se está hablando de ser malas personas. Sino de no ser capaz de liderar, o de trabajar más y mejor y BIEN ENFOCADOS.

O tienen miedo, y no hay nada peor que lo descrito en los párrafos de arriba, si hay algo peor es dirigir un equipo con miedo.

Cuando se tiene miedo es por algo. Si nos miramos dentro y somos honestos con nosotros mismos, en realidad sabemos todo lo anterior, por eso precisamente hay miedo, somos conscientes de nuestra falta de liderazgo o de preparación para desarrollar determinados puestos, incluso podemos tener un talento innato en otras áreas, lo digo en el mejor sentido, el saber venderse bien, el aparentar proactividad, contactos etc… y eso nos llevó  conseguirlos.

Talentos que de estar bien ubicados en la empresa, mejorarían sus resultados.

Una mala alineación en el campo, vamos.

La realidad es que esta pauta se agrava con el tiempo, no se estira cada vez más al equipo, sino que cada vez se hace con más fuerza y frecuencia.

Cada vez son más los que se cuelgan medallas ajenas.

Cada vez son más ocasiones de injusticia, donde a los verdaderos autores de las hazañas, no les llega ningún tipo de reconocimiento, ni de descanso.

Ni siquiera las gracias.

Y una vez se ha salvado una, pues a seguir con la misma pauta, una y otra vez.

Una y otra vez

Una y otra vez…

Esto al final tiene que reventar por algún lado.

Todo material flexible, tiene su punto límite, en el que ya no soporta esa tensión y se rompe.

Una cualidad de un líder es no colgarse las medallas que no le corresponde, dárselas a quien corresponde y premiarle..

Pero este tipo de porteros las necesita para sobrevivir.

¡Qué malo es el miedo!

Con miedo no se va dónde estaba planificado, sino que despavorido echas a correr sin saber a dónde atropellando sin darte cuenta o sin querer.

Y cuántos son los que se apropian de éxitos ajenos. Y si realmente los observas se convierten en un eslabón de paso, cuando deberían estar aportando y enriqueciendo.

Llegará un día en el que la desmotivación se instale en aquéllos que tantas veces se quedarán sin recibir nada, cuando veían que se repartía a quien menos se lo merecía. No hablo de dinero, sino de un simple ¡Gracias!, un día de descanso, una comida de celebración, en fin, tantas formas de hacer sentir a una persona que es valorada, respetada y que sus esfuerzos (más allá de lo normal, recuerda ese estiramiento), tiene recompensa, que ha valido la pena.

UN EMPRESA DE CONSTRUCCIÓN DEBE TENER PROCEDIMIENTOS QUE IMPIDAN QUE LAS CAMISETAS SE DECOLOREN.

Pero no se trata de juzgar, ni de criticar. Pues cada uno al final, acaba haciendo lo que puede, o lo que sabe hacer.

Centrémonos en la empresa que tiene que detectar este tipo de conductas.

Desde luego para que este tipo de personas consiga sobrevivir de esta manera (generando más trabajo y complicándolo y frustrados a su vez por no poder desarrollar sus talento, porque sin duda los tienen), hay muchas lagunas, o errores, en esta organización:

  • Desde la comunicación con su personal.
  • Desde una falta de evaluación personal y directa de sus empleados,
  • Falta de procedimientos.
  • Falta de seguimiento.
  • Falta de accesibilidad.
  • Falta de promoción y criterios para ello.
  • Lagunas de organización.
  • Falta de Flexibilidad.

Todo ello provoca que el personal en obra deje de sentir la camiseta.

Apelas a su responsabilidad, honestidad, principios, ética, disciplina, compromiso con su equipo.

Esto es ya compromiso, no es estar involucrado.

Se cerró el ciclo.

“No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer.” Steve Jobs

Y apóyale para que pueda trabajar, y traerte resultados.

Supervisión, eso sí que hay que hacerlo en todos los niveles.

Tus empleados, también se percatarán de la falta de supervisión que existe, pues de lo contrario este tipo de conductas no se permitiría. Son perjudiciales para toda la empresa.

Si tú no los defiendes, ¿por qué iban ellos a dejarse la piel por ti? Dejarán de sudar la camiseta.

De esa forma la falta de liderazgo se instala en toda la organización, por lo menos en los puestos más relevantes.

Los caballos son animales que enseguida detectan la energía de las personas, además de obligarte a estar presentes, por eso son destinados al coaching (liderazgo de equipos etc).

Sin que haga falta montarlos, si te acercas a ellos, a la manda en libertad, y tienes una energía pobre o negativa, huirán de ti. No te permitirán acercarte, desde lejos, huirán.

Y aun cuando tu energía sea positiva y permitiendo acercarte, si no demuestras tener la energía de un líder de verdad (no por la fuerza bruta, sino con tu energía interior, no con la imposición), no te atenderán, no seguirán tus órdenes, no te respetarán como líder, y por tanto, no se fiarán de ti, ni de tu criterio.

Lo mismo pasará con tus empleados o subordinados, y todo en silencio. Posiblemente acabarán huyendo de tu empresa.

Estás perdiendo el campeonato y te enfrentas a los partidos más difíciles con un equipo nuevo, falto de entrenamiento conjunto. Complicado ganar o quedar en buen puesto.

Y si consideras que no tienes tiempo para ocuparte de evaluar a cada responsable, incluso los de obra, te aseguro que sí vas a tener tiempo para lamentarte mañana.

¿Tendrás tiempo mañana de solucionar muchos frentes abiertos?

¿Lo vas a compensar haciéndoles entrenar el doble que el resto de equipos? Para el día del partido estarán agotados, frustrados, cabreados contigo y entre ellos, desmotivados. Esta no es la solución.

¿Trabajo en equipo? ¿De todo el club?

Y todo por no detectar a tiempo las piezas del engranaje que había que arreglar, engrasar, sustituir, dejar descansar, completar, reubicar…

Pero todo tiene arreglo, cada cambio empieza por una emoción, ésta produce un pensamiento y al final una acción.

Si he logrado mover algo dentro de ti, o moverte a comprobar que en tu empresa eres afortunad@ pues no tienes este cáncer, en ninguna de sus fases de desarrollo, habré logrado mi objetivo al escribir este artículo.

Puedes empezar por observar las caras de tu personal, los Jefes de Obra, por ejemplo, cuando están sometidos a demasiado estrés lo suelen transmitir hasta con las bolsas y las ojeras que tienen, identifica si es fruto de una punta de trabajo o si es algo más. Para un responsable de una empresa es fácil averiguarlo siendo discreto además.

CONCLUSIONES

Si quieres contar con jugadores, y con personas en los diferentes puestos del Club, que se defiendan los intereses de tu empresa, ten en cuenta lo siguiente:

  • Revisa tu alineación, los talentos de tu personal y su adaptación al puesto que desarrollan.
  • Procura premiar a cada empleado en su justa medida.
  • No dejes que en tu organización se cometan abusos, ni que nadie sobreviva a costa de nadie.
  • Entonces, es cuando podrás exigir a tus empleados que suden la camiseta.
  • Pero primero recuerda, que para que la suden de verdad, primero tienen que sentirla. Y esto depende ti.
  • Tener comunicación, liderar, ser accesible, no significa dejar de ser firme y exigente.

 

¡Gracias por tu tiempo!

¿Y tú a qué equipo perteneces?


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