Muchos son los que dicen que cada día más el Jefe de la Obra sólo sirve para hacer números, y que la prueba está en que cuando se ausenta ni se nota.
Cuando las vacaciones se van acercando.
Para muchos suponen una tabla de salvación.
Los días que faltan para disfrutarlas se hacen muy cuesta arriba, sobre todo, por todo el trabajo que tienen que dejar preparado, o así lo entiendo yo.
Hablemos un poco de esto, de lo que pasa cuando no estás en tu obra y respondamos estas cuestiones:
- ¿Por qué cuando se ausenta el jefe de la obra y ésta no se resiente?
- ¿Cómo puedes ausentarte con total tranquilidad si eres el jefe de la obra?
- ¿Qué pasa cuando el Jefe de obra no está en la obra?
- ¿Qué ocurre cuando el jefe de la obra se incorpora de sus vacaciones?
- ¿Qué ocurre cuando es el encargado el que se va de vacaciones?
¿Por qué cuando se ausenta el jefe de la obra y ésta no se resiente?
¡Aiinnnsss!! La respuesta es fácil:
no se nota porque ya ha preparado su trabajo, pues siempre debe ir por delante de la obra.
Un Jefe de Obra por mucho que muchos se empeñen no sólo es un Gestor de números.
Cierto es que cada día más:
- los informes,
- los malabarismos para sacar con beneficio obras contratadas a veces por debajo de su valor, obligan a hacer muchos números, y esto lleva implícito mucho más trabajo:
- investigación,
- gestiones.
Pero que nadie se equivoque:
Esto no significa que sus otras funciones, muy importantes para la obra y su desarrollo queden relegadas, o puedan ser desatendidas.
De hecho, uno de los problemas más frecuentes es cuando el Jefe de la Obra se centra en sacar beneficio a la obra, hacer muchas gestiones para optimizarla, y se olvida de sus otras funciones relevantes.
Como son:
- Organización.
- Compras.
- Planificación.
- Atención al Cliente.
- Previsión.
- Coordinación.
- Anticipación a los problemas.
- Replanteos y solución a cuestiones técnicas.
- Supervisión técnica.
- Prevención integrada.
- Seguimiento de producción.
Todo esto, y más, también es responsabilidad del jefe de obra.
Y, por supuesto, aquí tienes soluciones formativas 100% prácticas y con método, para solventar cada una de estas facetas con éxito. Y seguimos trabajando por ampliar la oferta, así que si quieres sugerir alguna, sólo tienes que ponerte en contacto conmigo. Te estaré agradecida.
Pero si está sobre saturado, lo que ocurre en muchas ocasiones, el jefe de la obra empezará a dejar de hacer.
O se le verá menos en tareas, donde tiene algo de apoyo, como son visitar su obra todos los días, etc..
¿Cómo puedes ausentarte con total tranquilidad si eres el jefe de obra?
En una obra de edificación como mínimo hay un encargado en el equipo, además del jefe de obra.
No ocurre lo mismo con el ayudante o jefe de producción y el administrativo, labores que automáticamente tiene que absorber el resto del equipo, ya saturado de por sí.
Y la mayoría de labores de oficina pues recaen sobre el Jefe de la Obra, quien erróneamente delega la supervisión de la obra en su encargado, pues ya no puede con más.
Si además, el Jefe de Obra, no ha realizado su trabajo de la forma correcta.
Y además, delega de cualquier forma en su encargado, que esté o no esté en la obra, dará lo mismo.
Otra cosa, es lo bien que este Jefe de obra realice su trabajo, más concretamente en los siguientes aspectos:
- Delegar
- Preparar la obra
- Contar con un encargado cualificado y respetuoso por los objetivos del Jefe de la Obra, es decir, que los comparta. Porque si es altamente cualificado pero no le importa la seguridad, o la calidad de acabados, no será apto para delegar gran parte del trabajo, y que no contará con la confianza del Jefe de la Obra.
Aspecto éste que tampoco siempre se puede cumplir.
Entonces si no estás seguro al 100% en uno de estos tres aspectos:
- Haber preparado tu obra a conciencia.
- Haber delegado de la forma correcta
- Tener un encargado altamente cualificado y confiar en él.
Si no se cumplen las tres a la vez es un suicidio no revisar tu obra a diario.
Y digo las 3 a la vez, y aún así, siempre es bueno que te vean, el resto de involucrados, revisando la obra.
Es algo que se valora a pie de obra en un Jefe de Obra.
Parece que trabajas más, o eras más responsable, o te preocupas más por ella, cuanto más la pisas.
Y soy consciente de que hay personas que consideran que un jefe de obra, no debe ocuparse de la ejecución en sí.
Cuando antiguamente, tenías un jefe de producción que, por su valía y experiencia, suplía esta faceta, quizás te lo puedas permitir, aunque aún así creo que es un error hacerlo.
Pero sin este altamente cualificado recursos, para mí es un grave error desligar al jefe de obra de la ejecución de la obra.
No sólo por la propia ejecución.
Sino que para realmente realizar una buena gestión económica, hay que pisar la obra y controlar otros aspectos de la misma.
Eso sí, como no trabajamos de cara a la galería, estas supervisiones tienen un fin, no es dar una vuelta por darla, sin fijarme en nada, es ir y observar puntos clave, delicados:
- Es ver cómo está organizado un tajo,
- Hacer el seguimiento de la producción
- Observar la seguridad
- Observar la limpieza
- Ver la calidad de ejecución
- Ver y controlar el relevo, entendiendo por relevo, cuando una subcontrata da por terminado un tajo y entra otra.
- Organización de acopios
- Estado de medios auxiliares, y maquinaria
- Es todo, incluso comprobaciones y replanteos.
Así que a la pregunta de
¿Qué pasa cuando el Jefe de Obra no está en la obra?
Pues en realidad no tiene por qué pasar nada si todo está en orden:
- Los hitos semanales se están cumpliendo
- La coordinación es correcta
- La obra está definida y preparada
- El personal que hay en obra es el número idóneo para sacarle máximo rendimiento.
- Los solapes en la obra han sido bien estudiados
- Las contrataciones han sido realizada de la forma correcta
- Materiales, medios auxiliares se han preparado con la suficiente antelación para que ante eventualidades, se hayan podido corregir sin que por ello la obra y su producción, los intervinientes, se vean afectados.
- La obra se va definiendo por delante y puntos conflictivos con tu cliente han sido resueltos antes de que la obra demande su ejecución.
- Etc
Multitud de labores, relacionadas con los números, pues en obra todo está relacionado, pero no son específicamente cuestiones monetarias, por lo menos, en su totalidad, y que tienen una repercusión fundamental en el transcurso de la obra. En la aparición de problemas o no.
Toda una labor de fondo, que ni se ve, ni se nota en muchos casos pero que ahí está.
Y que propicia que el Jefe de la obra se pueda ausentar sin que nada suceda a la obra.
Y sin que ello signifique, que sea su figura fácilmente sustituible o incluso prescindible.
No equivocarse.
La pena es que muchos dentro y fuera de la obra, no lo ven.
Y, por tanto, no lo aprecian.
Permitiéndose el lujo de decir cosas como esa de que cuando el jefe de la obra está de vacaciones, ni se nota en la obra.
Y es que cuanto mejor haya hecho su trabajo, menos se notará.
Los hay que les gusta sentirse imprescindibles, y no comparten su trabajo para crear una dependencia constante.
Esto no es la forma adecuada de trabajar en equipo.
Es una forma de trabajar el ego, pero no la obra.
Ahora bien,
¿Y si el jefe de obra alargara sus vacaciones más de 15 días o un mes?
Entonces el agua empezaría a llenar el bote hasta hundirlo.
Aunque en una empresa precisamente se velará porque la sangre no llegue al río y se intentará evitar esto.
Como primera medida, reducir las vacaciones del jefe de obra al mínimo 15 días o así.
Y designando a un je fe de grupo que controle este seguimiento.
Aunque esto no es lo mismo que seguir echando leña a la máquina de vapor, sino controlar que el fuego no se apague.
No es preparar, es supervisar.
Si el equipo es bueno, esta preparación se habrá hecho más allá de lo normal, precisamente para que en estas ausencias tan merecidas, como son las vacaciones nada pase.
¿Qué ocurre cuando el jefe de la obra se incorpora de sus vacaciones?
Es muy habitual que el Jefe de la Obra llegue de vacaciones y se encuentre con mucho trabajo pendiente, pues tiene que echar leña al fuego hacia delante que ya es, más los días que ha estado sin hacerlo.
También es cierto que uno llega descansado, y muchas veces se sorprende de que gestiones que poco trabajo implicaban, sean también pelotas que nadie ha querido o no ha podido recoger.
Cuesta coger un ritmo alto, pero como la obra aprieta pues no queda más remedio, sí o sí, hay que hacerlo.
¿Qué ocurre cuando es el encargado el que se va de vacaciones?
Pues que gran parte de sus funciones las asume el Jefe de la Obra.
El cometido del encargado no se paraliza, pues está directamente relacionado con la producción.
La agenda del jefe de obra sufre, pero tiene que seguir hacia delante también con todas sus funciones.
Ayuda que, el verano, época de vacaciones, son muchas las personas que están de vacaciones y parece que todo se ralentiza.
Cuando el encargado llega, lo normal es que gran parte de su trabajo pegue un salto, desde donde lo dejó, hasta donde se encuentra ahora.
Pues alguien lo ha hecho.
Cuando un Jefe de la Obra llega de vacaciones, no existe tal salto, se metió una paliza dejándolo todo preparado, y llega y se encuentra que tiene que retomarlo todo donde lo dejó, nadie lo ha hecho por él.
La excusa es que quien le sustituye tiene su propio trabajo que hacer.
¿Te das cuenta qué diferencia?
Cada uno saque sus propias reflexiones.
Espero haber plasmado la magnífica labor de fondo que realiza un jefe de obra en todos los aspectos de la obra, no sólo el económico.