No hace falta muchas obras a la vez como Jefe de Obra para saturarse. De esto los Jefes de Obra de reforma y rehabilitaciones, sobre todo, saben mucho. Pero los de edificación, como veremos más adelante, también tienen su forma de vivir estas situaciones.

No sé si tú piensas igual que yo, pero hay una tendencia muy generalizada dentro de la empresa a pensar que cuanto menos presupuesto tiene una obra, más tiempo tienes para ocuparte de otra. O dicho de otro modo, menos trabajo tienes que hacer.

  • ‘Si sólo tienes una obra de… euros.”

Y esta frase dicha de golpe, tiene mucho que analizar. Para un Jefe de Obra es demoledora. Porque es cierto:

  • El presupuesto es el mencionado.
  • Pero existe una realidad que vive el Jefe de Obra que no queda reflejado en esas cifras. Y que le hace sentirse solo frente al reto, y aquí es donde su energía empieza a mermar…

Nunca deberíamos dejar que un miembro del equipo se sintiera tan incomprendido.

Más si cabe, si tiene que salvar un importante reto.

Antes de seguir leyendo quiero que veas este vídeo y me digas si te sientes identificado, no tiene por qué ser en tu momento actual, en algún momento de tu carrera.

O quizás conozcas a alguien que te ha contado una historia parecida.

LA HORMIGA PRODUCTIVA Y FELIZ:

Pero seguimos con las obras a la vez que puedes llevar.

‘Si sólo tienes una obra de… euros.”

Sí, yo también creo que es una frase defensiva, porque no se tiene la potestad o la posibilidad, de dotar al Jefe de Obra de ayuda o de otra situación más ventajosa.

Pero es una frase que genera mucha separación, y por eso, considero que no es acertada.

Porque además, creo sinceramente que, aunque no se cuente con más presupuesto para más recursos, con los que hay, poniendo todos de su parte, se puede aliviar mucho la carga.

Esta frase deja la carga de trabajar en los hombros de una sola persona o de un mini equipo.

Los demás, tienen la carga de la responsabilidad de conseguir el hito, que no es poco, pero en demasiadas ocasiones se traduce sólo en presionar al de abajo. Agrandando la separación del equipo y la carga que lleva esta persona.

Esto conduce a sufrir estrés seguro, sí o sí. Por parte del jefe de obra y de todos los demás.

Por cierto, si sufres estrés en la obra y no sabes cómo manejarlo te interesa leer este otro artículo CLIC AQUÍ.

Yo sé que tus jefes muchas veces, aun entendiéndote, están atados de pies y manos, y poco o nada pueden hacer.

De hecho, muchas veces aportan lo que pueden, su experiencia, ánimo, compresión, e incluso en ocasiones, luchan con quien corresponda para que tu situación sea mejorada.

Aunque tú no lo sepas.

También están los que sabiendo que no puedes con la tarea encomendada, y que poco pueden hacer por ti, prefieren mantenerse en esta postura y no escuchar tus lamentos o ‘animarte’ diciendo que puedes perfectamente.

Y sí al hacer recuento, de venta y coste, beneficios, o no, es fácil llegar a la conclusión de que no hay dinero para más sueldos.

O bien, que por el sueldo del jefe de obra, y siendo tan pequeñas las obras, tiene que llevar perfectamente  varias obras a la vez.

¿Cuántas Obras es capaz de llevar un jefe de obra?

Me animo a responder, yo en Madrid en reformas (integrales de vivienda), con más de 4 obras  y 2 presupuestos que visitar y sacar a la semana, estaba absolutamente colapsada.

¿Y tú? ¿Cuántas obras a la vez eres capaz de llevar?

Largas jornadas de trabajo que acaban a las 20, a las 21, llevarte trabajo a casa, fines de semana, sin parar de aquí para allá, muchos subcontratas y varios clientes que atender.

Y esto es el caso de jefes de obra de reformas y/o rehabilitaciones, reparaciones, mantenimiento, etc.

¿Cuántas obras a la vez es capaz de llevar un jefe de obra de obra nueva?

¿Cuántas obras a la vez?

¿A qué se enfrentan los Jefes de Obra que desarrollan su labor en esta área?

Pues a veces a lo mismo, o parecido, afortunadamente no en todas las empresas, por supuesto.

Y sobre todo, no siempre y en todas las ocasiones, pues hay puntas de trabajo.

Yo creo que cualquier Jefe de Obra entiende las puntas de trabajo, de hecho, entiende que están dentro de sus funciones, lo que no entienden son las siguientes situaciones:

  • La falta de compresión por parte de sus jefes y resto de la empresa.
  • La falta de apoyo derivado del anterior.
  • Que el esfuerzo salga de él y de su equipo de obra y no lo vea en el resto de la organización.

Subrayo que ‘no lo vea’ porque se pudiera estar dando y que fuera el jefe de obra el que se confundiera al no apreciarlo.

Lo ideal sería no dejarle a él solo en esta tesitura de decidir si lo aprecia o lo ve, o  si considera que está solo o poco apoyado.

Es fácil que se equivoque si está concentrado y enfocado en su obra.

Lo ideal sería que se le explicara. Liderazgo y trabajo en equipo.

También se puede dar el caso de que efectivamente la jerarquía de arriba considere, pues así lo cree, que en una obra con tan reducido presupuesto, el Jefe de obra no necesita ayuda, está más que sobrado para sacarlo solo.

  • ‘¡Total sin sólo 19, 30 ó 40 viviendas!’
  • ‘Como esta obra no tiene más de 3 millones de euros de presupuesto, el jefe de obra solo puede con ella.’

Sin pararse a analizar lo siguiente además del PEM, y  que podría desmontar tal argumento:

  • Las empresas constructoras cuentan cada día con más burocracia.
  • El Jefe de Obra cada vez tiene que reportar a más personas dentro de su empresa.
  • Muchas de esas personas no controlan los programas informáticos que el Jefe de Obra maneja, por lo que se ve obligado a pasar los mismos datos en diferentes formatos.
  • Se debe además considerar la propia obra pues el trabajo que va a requerir puede variar considerablemente:
    • Si la obra es singular.
    • Si los precios están muy castigados.
    • La calidad en definición del proyecto.
    • Las exigencias o dificultad del cliente.
    • Necesidades especiales, como construir dentro de una urbanización nueva con toda la logística que leva, desde pasar cada matrícula de camiones y coches a tu obra hasta hacer esquemas de descarga, etc.
    • El plazo.
    • Los inicios de la obra. Su organización.
  • El cansancio acumulado del jefe de obra. A veces enlazamos una obra detrás de otra, es una suerte por tener trabajo, pero somos personas y llegar a una obra con cansancio acumulado cuando el reto es complicado, no es lo deseable.

A veces la situación se pone tan difícil que un Jefe de Obra no es capaz, y con ello incluyo al equipo de obra, de sacar adelante la situación.

Al final todo, o casi todo,  se acaba solucionando, aunque por el camino hay mucho sufrimiento del jefe de obra, de su equipo, de la dirección de la constructora, de la propiedad de la obra, de los subcontratas, de la DF, en fin de todos los involucrados.

En muchas ocasiones es el propio cliente el que solicita ayuda para el Jefe de Obra, pue lo ve desbordado y teme consecuencias en su obra.

Y en no pocas ocasiones, es la empresa constructora la que espera a que sea el cliente el que se queje.

Afortunadamente, no son la mayoría.

Muchas empresas constructoras están organizadas y desarrollan un verdadero despliegue en obra, a veces, confieso, que me quedo sorprendida con tanto recurso. Y curiosamente, estas empresas también ganan dinero.

Como siempre digo, esperar para poner remedio a una situación que se cae por sí sola, para mí no es ahorro de dinero, más bien al contrario:

  • tienes a un Jefe de Obra desbordado,
  • trabajando por encima de sus posibilidades, cada día más agotado física y sobre todo, mentalmente, que
  • no llega a desarrollar más que las funciones básicas para que la obra marche y que
  • por el camino se deja las verdaderas acciones que realmente optimizarían coste a una empresa constructora.

Entiéndeme, no estoy hablando de personas que no les guste trabajar, acomodados, o conformistas con sus resultados… no es de estos casos que estoy tratando, sino de los otros.

De los otros… de los comprometidos con su empresa, su trabajo y sus resultados.

La historia al final siempre es la misma cuando un jefe de obra no puede con varias obras a la vez

En muchas ocasiones ocurre lo siguiente:

  • La/s obra/s puede con el jefe de obra.
  • La/s obra/s se resiente, sufre/n retrasos, el cliente se queja, etc.
  • La producción se acaba resintiendo.
  • Y es cuando la empresa constructora considera tomar medidas. Entre ellas:
    • Destinar ayuda al Jefe de Obra.
    • Facilitarle la gestión burocrática interna de la empresa.
    • Nuevos plannings, nuevos compromisos.
    • Presión a los subcontratas.

Incluso puede que alguna más.

¿Y no hubiera sido mejor, organizarlo bien desde el principio?

Yo he vivido estas situaciones, y sí creo que hubiera sido mejor.

Pero no me malinterpretes también creo que ser empresario constructor no es nada fácil, de hecho..

Ser Constructor es muy difícil

Soy consciente de que a una empresa constructora, a su Dirección, le encantaría que la historia fuera diferente.

Pero cuenta con el personal que cuenta.

Hace sus esfuerzos por tenerlo organizado, pero es tan difícil poder solapar unas obras con otras. El final de unas con el principio de otras.

Es tan difícil gestionar a su propio personal.

Por la sencilla razón, que atiende las necesidades de sus clientes.

Son éstos quienes ponen sus exigencias para empezar la obra.

Una vez adjudicada, el inicio de la misma es cada día más inmediato.

Antes, había un margen desde la firma del Acta de replanteo, ahora ese margen se ha reducido a 0 días.

Algo que pone en jaque a toda la organización de le empresa constructora.

Y por ende,  lleva a saturar de trabajo  a su personal.

Es muy complicado, lo sé.

La misma Dirección de la empresa constructora también vive en continuo estado de estrés y presión, no tienen una obra, sino varias obras a la vez.

Pero creo que se puede mejorar. Y aquí estarían involucrados todos desde las administraciones, las propiedades, proyectistas, todos… aunque el negocio es el negocio, lo sé. Y los tiempos son fundamentales para la rentabilidad del mismo.

Te cuento algo de mi propia experiencia, me salvó un accidente de obra. Suena raro, pero es así.

‘Todo pasa por algo.’

Me salvó un accidente en obra

Aquél accidente me mantuvo fuera de juego durante dos meses.

Tiempo suficiente para recuperarme física y mentalmente del cansancio acumulado, a la vez, que recuperaba la movilidad.

Lo cierto es que tenía una situación complicada en la obra cuando ocurrió.

Una obra singular, sin proyecto ( a ver… existir, existía, pero demandaba muchísimo trabajo, solución de problemas e indefiniciones), donde las reuniones de obra duraban de 9 hasta las 17 horas, y sin comer, incluido la DF, con quiénes había muy buena sintonía.

Así era de complicada esa obra.

Eran reuniones de 1 hora en caseta, y el resto en obra.

Un día recibí una llamada de uno de mis jefes:

  • ‘ Te espero en tal dirección en una hora, urgente.’

Obediente aparecí en tal dirección, que estaba a 20 min de mi obra en coche.

Cuando llegué mi jefe ya estaba allí, al lado de una giratoria, una de las grandes…

  • ‘¡Uy! que mal me huele esto…’ – pensé.

Me reuní con ellos. Mi jefe se giró hacia mí, me entregó un CD (eran otros tiempos), me dio una serie de indicaciones más, y se fue contento además de tener ya contratado el Mov de Tierras. Yo diría que incluso aliviado de pasarme los trastos.

Como le conozco sé que fue así y cuando lea esto seguro que algo me dice, je, jeee…

El maquinista rápidamente vino a mí:

-‘¿Qué hay que hacer? ¿Por dónde empiezo?’ – me dijo expectante.

Te puedes imaginar qué situación.

Así que resolví:   -‘ Mira tengo mi ordenador portátil en el coche, te invito a tomar un café, lo enciendo y comprobamos que éste es el solar, no sea que desbrocemos uno que no es nuestro.’

La cara del maquinista era un poema.

Y así lo hicimos.

Aquélla época fue una tortura para mí.

Mi empresa entendía que era mucho trabajo, pero las cosas de palacio iban despacio, así que para ayudarme decidió que el encargado que tenía en mi obra más avanzada se cambiara a la nueva porque controlaba más la estructura.

¡Horror!

Y en la ya avanzada, meter a un encargado nuevo, y nuevo en la empresa.

¡Horror! ¡Horror!

Ahora tenía dos obras, dos encargados nuevos en cada una de ellas, y prácticamente nadie que pudiera realmente sacarme trabajo adelante por sí solo.

El ayudante prometido llegó con retraso de más de un mes y fue a parar a la ya avanzada.

Imagínate, tras una semana de intenso trabajo poniéndole al día, lo cual significaba que dejaba atrás otras tareas que más tarde se volverían en mi contra, lo tenía ya pulido con él, cuando…

Sin previo aviso, el viernes de esa misma semana, la empresa decidió cambiarle de destino y me quedé con más retrasos acumulados aún y sin ayudante.

Me pasaba todo el día, de una obra a la otra de reunión en reunión.

Consumía 3 días a la semana en reuniones, lo contabilicé.

A la reunión semanal de las dos obras, se le sumaban reuniones con encargados mal atendidos, por mi parte, ambos, con subcontratas, con jefes de grupo.

¡Ah! tenía en cada obra un jefe de grupo diferente. Y ambos se comportaban como si sólo trabajara en su obra.

Imaginaos los cierres. Bueno imaginaos todo…

Desbordada, agobiada, de mal humor, agotada, todo el día de reuniones y sin avanzar. Y sin poder hacer las cosas bien, lo cual me proporcionaba más desasosiego aún.

En la obra antigua recibí a un compañero para que me ayudara, pero había que ponerle al día de toda una obra, otra vez.

Finalmente, me accidenté, con las nevadas, los hielos y deshielos,  me accidenté ‘in itinere’ al ir a entrar en la obra. Pensé que no me había hecho nada, el dolor pasaría y ya, hasta que el médico me dijo que tenía la rótula  fracturada.

Mi primer pensamiento fue lamentarme:  – ‘¡Ay! Dios… Con todo lo que tengo que hacer.’

Me agobié muchísimo. Luego acepté que nada podía hacer para cambiar aquello.

Con la perspectiva que te da el tiempo, entendí que estaba total y absolutamente agotada, mental y físicamente, y que, gracias a ese accidente, me salvé.

Así, lo que en un momento parece lo peor en otro es lo mejor.

Mi empresa se reorganizó rápido. No hay nadie imprescindible y eso es lo mejor de todo.

Saqué dos grandes conclusiones:

  1. Que siempre se pueden organizar mejor las cosas.
  2. Que cuando se necesita hay una organización detrás para actuar rápidamente y salvar momentos delicados.

Y si unimos 1 y 2.. ¡Bingo!

Si todo el mundo pone de su parte, no hay obstáculos que no puedan ser salvados.

¿Y tú cuántas obras a la vez eres capaz de llevar?

¿Tienes alguna experiencia parecida?


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FORMADORA DE JEFES DE OBRA


    4 replies to "¿CUÁNTAS OBRAS A LA VEZ PUEDE LLEVAR UN JEFE DE OBRA?"

    • Toni

      Creo que comentarios como los que haces pueden ser tomados como máximas a seguir sobre todo por gente joven. Dices que no tienes horario. En este país es que somos unos cachondos. Por muy bien pagada que estés no puedes tirar tu derecho a descansar las horas que te corresponden por ley. Normal que te alegres de pillar una baja. Encima cada vez se paga peor al jefe de obra. Dices que trabajas por objetivos. Dudo que hayas firmado alguna vez un contrato dónde se diga que cobrarás tanto si consigues tal o cual objetivo. Solo espero que la apología de la esclavitud de la que algunos profesionales hacen gala, añorando los tiempos en que ganaban sueldos estratosféricos y quizás les compensaba hasta quemarse, no sirva de ejemplo a nadie, por muy bien pagado que esté, que como digo en la actualidad cada vez se paga peor.

      • Isaura Ardila

        Hola Toni,

        Creo que no me he explicado bien. No defiendo trabajar de sol a sol, más bien al contrario, sé que cuando la obra la llevas bien, dando pasos acertados y construyendo una buena base en tu gestión desde el principio, no hace falta trabajar largas jornadas. Soy defensora del descanso y de dedicar tiempo libre a otros quehaceres. Me he peleado con más de un jefe por defender a mi equipo y trabajadores e impedirle que abriera la obra todos los sábados, y sobre todo, algunos domingos, turnos de noche, etc, etc… cosas que como te comentaba no favorecen la productividad y de eso hay muchos estudios, sobre todo, cuando son medidas que se llevan a cabo de forma indiscriminada.

        Si me alegré de romperme la rótula en un accidente en la obra, era porque ya no podía más con aquella carga de trabajo y fue una especie de salvación, y aquella toma de conciencia fue una semana después del accidente, en el momento me agobié mucho al pensar todo lo que tenía pendiente. Y cuando digo que trabajo por objetivos, es porque así lo creo, nadie me ha obligado a ello. Trabajando bien, insisto, no tengo por qué alargar la jornada (así es mi experiencia) y además, también he dispuesto de la autonomía, libertad y responsabilidad para entrar y salir del trabajo sin controles, por eso me gusta trabajar por objetivos y no por horarios.

        Los jóvenes de ahora, lo tienen muy claro, en cuanto a respetar las horas libres. Los empresarios del sector se van uniendo a esta tendencia, y a mí me parece todo un acierto. De hecho, soy consultora de constructoras con beneficios y que no hacen horas extras, ni trabajan viernes tarde, mucho menos los fines de semana.

        Este artículo está destinado a que muchos empresarios del sector, promotores, jefes de obra…., entiendan que un profesional con mucha carga de trabajo no puede desarrollar una labor en condiciones. Además, para el resto de involucrados, al tener una obra que no se está gestionando a tiempo, o de forma completa, y/o de forma adecuada, también resulta perjudicial para sus intereses; es un artículo para tomar conciencia de que menos obras por jefe de obra, es más beneficios para todos los involucrados.

        Gracias Toni, por expresar tu opinión.

    • Toni

      Deberían enseñar en las escuelas que por ley se trabajan 40horas semanales, que hay un máximo de horas extras y que estas se deben cobrar. Esto de considerar normal en el sector trabajar 60 horas semanales y encima gratis algun jefe de obra que se jacta de ello se lo debería hacer mirar

      • Isaura Ardila

        Es cierto que es un sector donde se está acostumbrado a no tener horarios, cortos, por lo menos … o eso se ‘estilaba’ no hace mucho tiempo. De hecho, era común oír que el horario del equipo de obra era de ‘sol a sol’… Personalmente, cuando he llegado nueva a una empresa y la dirección me ha preguntado que si sabía cuál era mi horario, respondía: -‘Trabajo por objetivos, no tengo horario’ (ni para bien, ni para mal). Y así ha sido. Si la obra se lleva bien desde el principio, uno se vuelve productivo y gestiona bien su tiempo, y no sale ninguna exigencia extra de última hora o gran problema, no sería necesario alargar tanto los horarios. Las puntas de trabajo existen, eso sí, pero deben ser puntas no un hecho continuo.
        De hecho, está demostrado que si te acostumbras a hacer horas extras, acabas produciendo lo mismo que en un horario menos exigente.
        Las nuevas generaciones, lo tienen muy claro, prima su tiempo libre antes que el sueldo, y en las empresas constructoras este nuevo enfoque de acortar la jornada cada día se respeta más (lo veo cada día más en mi labor de consultora).
        Otra cosa, el la excesiva carga de trabajo.
        Por último, si toda la cadena mejorara, en obra no habría que hacer tantos esfuerzos.
        Gracias Toni por comentar en este blog. Un abrazo.

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